Una de las tendencias de mercado es volver a los valores consagrados del pasado: el Scooter, el Mini, el Sifón, las Gafas de Aviador, un producto práctico con un buen diseño, es atemporal y nunca pasa de moda. Este es caso también del tubo de pintura a oleo usado por los artistas en el siglo XX. El tubo de pintura fue inventado en 1841 y por primera vez fue posible transportar y preservar el producto gracias al tubo con un tapón. Gracias a este envase fue posible pintar cuadros en la naturaleza, el mismo Renoir dijo que sin los colores en tubos, no hubieran existido ni grandes pintores como Cézanne, Monet, Pissaro o Sisley, ni el Impresionismo.
En la actualidad y por primera vez, la industria cosmética de renombre lo reinventa en tubo laminado, buscando su aspecto artesanal, de alta calidad, sin renunciar a la versatilidad de una impresión de máxima precisión.
Es así que Witte y Solà utilizando unas tecnologías punteras, desarrolló este envase icono para acompañar las empresas interesadas en ofrecer para un producto de alta gama un tubo como el de la pintura al óleo. Por su tamaño y forma, es un envase ideal para viajar (30ml) y llevar en el bolso. Adaptamos la salida del tubo en función de la fluidez de la crema o de la pasta tanto para grandes cantidades como para pequeñas series o lanzamientos. Actualmente Witte y Sola es el único fabricante de tubo laminado de España y el segundo en Europa, con tapón octogonal adaptado a diámetro 25.
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